La devaluación del real en Brasil está ejerciendo presión sobre la estrategia cambiaria del gobierno argentino,

que se ha mantenido en una depreciación mensual del peso frente al dólar.

Esta devaluación afecta la competitividad del peso argentino en relación con las monedas de países con los que comercia, especialmente Brasil y China, que representan casi el 50% del comercio internacional argentino. Si la devaluación del real es duradera, podría impactar en las exportaciones argentinas y en la demanda brasileña de productos argentinos. Por otro lado, la apreciación del peso argentino desde la última devaluación ha sido significativa, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta política cambiaria en el corto plazo.